La isla de Míkonos se encuentra en el centro del archipiélago de las Cícladas, entre las islas de Tinos, Delos, Siros y Naxos. Míkonos, cuyo nombre se escribe de diversa maneras (Mykonos, Míconos) es una isla pequeña, con menos de 90 km 2, pero mundialmente conocida gracias a sus playas y su diversión.
Las discotecas, junto a la playa y la música electrónica, son sinónimos del verano y del invierno en Míkonos, no en vano se ha llamado a Mykonos la Ibiza de Grecia. Junto a la también pequeña Santorini, a la gran isla Creta y a Atenas, Mykonos es una de las escalas más visitadas por los turistas que se acercan a Grecia y al mar Egeo en un viaje en crucero.
Ventajas de viajar a Míkonos
Dado el pequeño tamaño de Mykonos, la isla puede visitarse en un fin de semana, lo que no excluye estancias más largas. Pero lo mejor tal vez sea combinarlo con Atenas, Santorini y Creta, ya que las conexiones de ferries son buenas y los vuelos no son excesivamente caros.
Una de las grandes ventajas de Mykonos es la facilidad de transporte ya que su aeropuerto posee conexiones directas con España (Madrid y Barcelona) y las principales ciudades europeas.
Otra opción para visitar en poco tiempo todos los destinos de los que acabamos de hablar, es el crucero, que permite tocar muchos puertos en poco tiempo.
¿Qué hacer en Míkonos?
Míkonos se divide en dos municipios Míkonos (Chora, Mykonos) y Ano Mera. La isla posee una población pequeña (unos 10.000 habitantes), por lo que los turistas muchas veces superan a los autóctonos. Esta gran afluencia de turistas, su orografía suave y sus playas atrayentes consiguen que el ambiente, la fiesta, la música electrónica y la animación que dura toda la noche sean el elemento que más destaca en Míkonos. Por ello, la isla es un complemento ideal al viaje de la romántica y tranquila Santorini y a la más salvaje y diversa Creta.
Otras muchas actividades menos agitadas son la visita de la ciudad de Mykonos, Chora, con sus hermosas casas encaladas con sus puertas y balcones de colores, las laberínticas calles, el seductor barrio de la Pequeña Venecia, el barrio de Kastro con los restos de un castillo y los famosos molinos, símbolo de la isla, que ornan las suaves colinas de Míkonos y que le dan ese aspecto tan romántico. Y, por supuesto, la mascota de la isla: el pelícano Petros, que encontrarán por el atractivo puerto de Mykonos town, acompañado de otros compañeros.
Pero por la isla se puede realizar una ruta cultural recorriendo los principales museos: el Museo Arqueológico, el Museo Etnográfico y el Museo Naval, de casi obligada visita. Y los más bellos monumentos: no se pierdan la Iglesia de Paraportiani, la más antigua de la isla, y los monasterios de Kastro y de Panagia Tourliani, con una arquitectura típica de las Cícladas.
Las playas, muchas de ellas nudistas, son como podrán adivinarlo, otro de los lugares más visitados. Playas como Paranga, Agios Sotis, Platis Gialos, Paradise, Panormos o Platis Gialos, son conocidas por los amantes de los afterhours y por quienes deseen unas vacaciones de playa y fiesta.
La gran ventaja de Mykonos es que el clima es muy suave con veranos cálidos e inviernos donde las temperaturas no suelen bajar de 15 grados. Pero las playas también ofrecen otras posibilidades como darse un buen baño en esas aguas cristalinas que recuerdan a las del Caribe, o hacer snorkel y buceo, windsurf en las ventosas playas del norte.
Otro de los destinos recomendables de esta isla de Grecia es el yacimiento arqueológico de Delos, situado en la cercana y homónima isla, a la que varios barcos diarios unen. También es posible visitar Siros, Tinos, Naxos y Paros, también muy bien comunicados.
Ir de compras es otra de las posibilidades de la isla. Gracias a la afluencia de turistas la isla cuenta con boutiques de marcas exclusivas y tiendas de todo tipo. Además de las tiendas de lujo, encontramos artesanía autóctona y collares y pendientes de estilo más hippie.